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miércoles, 9 de enero de 2008

CAPÍTULO 1 "SIN TETAS NO HAY PARAÍSO". LLEGA EL DUQUE

El inspector Diego Torres, de la Brigada de Estupefacientes, acude a un vertedero de las afueras con su equipo para recabar información sobre el asesinato de una joven cuyo cuerpo ha aparecido allí semi-enterrado. Se trata de una adolescente que muestra signos de muerte violenta y elementos que podrían relacionarse con el mundo del narcotráfico.

En el barrio, Catalina y su madre, Fina, acuden a la comisaría para aclarar las circunstancias que han llevado al hijo mayor de la familia, Jesús, a terminar detenido tras un altercado en la huelga convocada en la fábrica en la que trabaja. Se trata de una familia de clase media que sale adelante utilizando todos los recursos a su alcance: Fina, trabajando como teleoperadora y arreglando ropa para sus vecinas; Jesús, dando todo de sí en la fábrica y reparando coches en un taller y Catalina estudiando en el instituto para labrarse un futuro más prometedor y trabajando en una lujosa tienda de moda para aportar algo de dinero a la ajustada economía familiar. La joven es una estudiante muy aplicada, pero algo inconsciente y soñadora, y con un marcado complejo por tener el pecho pequeño.

La rutina en la que viven inmersos se ve alterada con la llegada de “El Duque”, un antiguo vecino del barrio que regresa convertido en acaudalado narcotraficante. Catalina entra en contacto con el delincuente por casualidad y queda fascinada por su mundo de lujo y dinero. Poco a poco y sin darse cuenta, la joven se enamora de él y va dando pasos que la acercan a un mundo oscuro que se materializa en un primer momento con la asistencia a una fiesta con la que “El Duque” pretende agasajar a unos capos de la droga con los que quiere hacer negocios.

Entretanto, el inspector Torres prosigue con sus pesquisas del asesinato de la joven, encontrando pistas que relacionan el caso con el entorno del narcotraficante.

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