En su nueva serie, ¿va a llevar a la protagonista por el mal camino?
Quizás, hay muchas incógnitas que ni yo mismo sé. Mi personaje tiene una ambición muy fuerte. En esos niveles en los que él se mueve hay que tomar decisiones que no deben estar guiadas por la pasión. Habrá decisiones muy duras que tomar pero ni yo sé cómo voy a reaccionar. El Duque maneja una red de narcotráfico y para él cualquier paso en falso es un error.
¿Soñó alguna vez con interpretar a un mafioso?
Hombre, todo enamorado del cine tiene grandes referentes que han pasado por la mafia. La vida de este tipo de personajes proporciona situaciones muy gratificantes para un actor. Poder jugar a ser el malo siempre es atractivo; hacer uso de una pistola o no y demás. Además, se trata de un personaje que está muy alejado de mi. Me lo estoy pasando bomba interpretando al Duque. Es como ser un niño y jugar a vaqueros.
Yo todo ello rodeado de bellezas...
Valor añadido. Trabajar con estos bellezones desde primera hora de la mañana le hace venir contento a cualquiera. Tengo unos compañeros estupendos.
En la vida real, ¿se considera un niño bueno?
Todo el mundo es bueno en el fondo, incluso El Duque. Mientras, Catalina sacará toda su ternura y su lado más infantil pero sólo en ocasiones. Va a ser una situación difícil, la familia es lo más importante para El Duque, tanto la consanguínea como la profesional.
¿Cómo ha preparado el personaje?
Es una escala muy difícil de conseguir ya que no se trata de un simple camello. Me he dedicado a leer muchos libros y trabajar buscando mi lado más mafioso. Cogiendo un poco de cada ha salido este Duque. Sólo espero que sea creíble.
¿Tenía ganas de volver a televisión?
Era una oportunidad muy buena para regresar. El personaje es muy rico y confío plenamente en esta cadena. Telecinco siempre me ha apoyado y le tengo un cariño especial. Esta serie es una gran oportunidad de seguir aprendiendo.
¿Se siente cómodo en el papel de galán?
Los personajes son lo que se escribe de ellos. La serie propicia que yo sea el galán pero no soy más que un chico sencillo de Castellón. Esas cosas están muy alejadas de mi verdadera forma de ser. Sólo soy el galán porque los guionistas me lo ponen muy fácil. Además, hay escenas subidas de tono y las chicas me adoran.
¿Le resultan difíciles de rodar ese tipo de escenas?
Si soy honesto, cada vez menos. Cuanto menos ropa llevas más desnudo te sientes, pero acabas acostumbrándote y cada vez te desenvuelves con más naturalidad en ese terreno.
¿Qué le parece el título de su serie?
Hace alusión a la importancia de lo material. Hoy en día, parece que no existe el paraíso sin lo material. Es un título polémico y le choca mucho a la gente. Cuando lo digo, unos piensan que se trata de una comedia y otros sonríen con complicidad... o me dicen: "¿Tú sabes donde te metes chaval?"
¿Cuántas horas de gimnasio invierte al día?
Más que gimnasio, deporte. Me gusta mucho el boxeo, tenis, padel y demás. Me he dedicado toda la vida al tenis, deporte por un tubo y liberar endorfinas, que da mucha felicidad.
¿Cree que hoy en día se da demasiada importancia a las apariencias?
Sí, la serie trabaja mucho en este sentido. Lo importante es saber quien eres tú sin que te lo digan los demás. Debemos huir de esa necesidad que tenemos de ser aprobados por el resto. Hay que cultivar el ser, aunque eso no significa que tengamos que dejar de lado el físico. A mí, éste me ayuda pero siempre debe estar por delante la persona.
¿Es de los que opina que el amor puede con todo?
Sí. Es la piedra clave de la vida. Hacemos todo por amor. Nada tiene sentido si no lo puedes compartir con alguien. El problema está en dónde pones tu amor, si en lo material o en lo verdadero. El dinero es una señal de amor en este mundo en el que nos movemos.
La serie va acompañada de un cupidómetro web que medirá las experiencias amorosas que el público quiera contar, ¿hacia donde cree que se inclinará la balanza amorosa?
Hay más despechados porque tiene que haberlos. El desamor es la oportunidad que nos brinda la vida para aprender. La gente joven vive la frescura del amor y el sufrimiento del despecho, mientras que los más mayores ya saben dónde reside el amor verdadero.
¿Cuál sería su paraíso?
Estar rodeado de todos esos amigos que vas haciendo a lo largo de la vida. He vivido en sitios muy diferentes. Poder recoger todas esas experiencias y a toda esa gente en una misma urbanización sería un sueño.
¿Qué proyectos tiene pendientes ahora?
Tres largometrajes pendientes de estrenar: Zhao, 3:19 y CM 167, mi primera película en inglés, con Tymothy Hutton.
¿Qué tal la experiencia internacional?
Muy bien, rodar en inglés en principio parece un handicap pero es positivo. Juegas más y te escuchas menos, pero lo mejor fue poder trabajar con alguien que tiene un Oscar y tres Globos de Oro... Esta película continuó mi sueño. Ahora mismo, mi vida es un verdadero parque de atracciones, me siento un hombre muy feliz.
Quizás, hay muchas incógnitas que ni yo mismo sé. Mi personaje tiene una ambición muy fuerte. En esos niveles en los que él se mueve hay que tomar decisiones que no deben estar guiadas por la pasión. Habrá decisiones muy duras que tomar pero ni yo sé cómo voy a reaccionar. El Duque maneja una red de narcotráfico y para él cualquier paso en falso es un error.
¿Soñó alguna vez con interpretar a un mafioso?
Hombre, todo enamorado del cine tiene grandes referentes que han pasado por la mafia. La vida de este tipo de personajes proporciona situaciones muy gratificantes para un actor. Poder jugar a ser el malo siempre es atractivo; hacer uso de una pistola o no y demás. Además, se trata de un personaje que está muy alejado de mi. Me lo estoy pasando bomba interpretando al Duque. Es como ser un niño y jugar a vaqueros.
Yo todo ello rodeado de bellezas...
Valor añadido. Trabajar con estos bellezones desde primera hora de la mañana le hace venir contento a cualquiera. Tengo unos compañeros estupendos.
En la vida real, ¿se considera un niño bueno?
Todo el mundo es bueno en el fondo, incluso El Duque. Mientras, Catalina sacará toda su ternura y su lado más infantil pero sólo en ocasiones. Va a ser una situación difícil, la familia es lo más importante para El Duque, tanto la consanguínea como la profesional.
¿Cómo ha preparado el personaje?
Es una escala muy difícil de conseguir ya que no se trata de un simple camello. Me he dedicado a leer muchos libros y trabajar buscando mi lado más mafioso. Cogiendo un poco de cada ha salido este Duque. Sólo espero que sea creíble.
¿Tenía ganas de volver a televisión?
Era una oportunidad muy buena para regresar. El personaje es muy rico y confío plenamente en esta cadena. Telecinco siempre me ha apoyado y le tengo un cariño especial. Esta serie es una gran oportunidad de seguir aprendiendo.
¿Se siente cómodo en el papel de galán?
Los personajes son lo que se escribe de ellos. La serie propicia que yo sea el galán pero no soy más que un chico sencillo de Castellón. Esas cosas están muy alejadas de mi verdadera forma de ser. Sólo soy el galán porque los guionistas me lo ponen muy fácil. Además, hay escenas subidas de tono y las chicas me adoran.
¿Le resultan difíciles de rodar ese tipo de escenas?
Si soy honesto, cada vez menos. Cuanto menos ropa llevas más desnudo te sientes, pero acabas acostumbrándote y cada vez te desenvuelves con más naturalidad en ese terreno.
¿Qué le parece el título de su serie?
Hace alusión a la importancia de lo material. Hoy en día, parece que no existe el paraíso sin lo material. Es un título polémico y le choca mucho a la gente. Cuando lo digo, unos piensan que se trata de una comedia y otros sonríen con complicidad... o me dicen: "¿Tú sabes donde te metes chaval?"
¿Cuántas horas de gimnasio invierte al día?
Más que gimnasio, deporte. Me gusta mucho el boxeo, tenis, padel y demás. Me he dedicado toda la vida al tenis, deporte por un tubo y liberar endorfinas, que da mucha felicidad.
¿Cree que hoy en día se da demasiada importancia a las apariencias?
Sí, la serie trabaja mucho en este sentido. Lo importante es saber quien eres tú sin que te lo digan los demás. Debemos huir de esa necesidad que tenemos de ser aprobados por el resto. Hay que cultivar el ser, aunque eso no significa que tengamos que dejar de lado el físico. A mí, éste me ayuda pero siempre debe estar por delante la persona.
¿Es de los que opina que el amor puede con todo?
Sí. Es la piedra clave de la vida. Hacemos todo por amor. Nada tiene sentido si no lo puedes compartir con alguien. El problema está en dónde pones tu amor, si en lo material o en lo verdadero. El dinero es una señal de amor en este mundo en el que nos movemos.
La serie va acompañada de un cupidómetro web que medirá las experiencias amorosas que el público quiera contar, ¿hacia donde cree que se inclinará la balanza amorosa?
Hay más despechados porque tiene que haberlos. El desamor es la oportunidad que nos brinda la vida para aprender. La gente joven vive la frescura del amor y el sufrimiento del despecho, mientras que los más mayores ya saben dónde reside el amor verdadero.
¿Cuál sería su paraíso?
Estar rodeado de todos esos amigos que vas haciendo a lo largo de la vida. He vivido en sitios muy diferentes. Poder recoger todas esas experiencias y a toda esa gente en una misma urbanización sería un sueño.
¿Qué proyectos tiene pendientes ahora?
Tres largometrajes pendientes de estrenar: Zhao, 3:19 y CM 167, mi primera película en inglés, con Tymothy Hutton.
¿Qué tal la experiencia internacional?
Muy bien, rodar en inglés en principio parece un handicap pero es positivo. Juegas más y te escuchas menos, pero lo mejor fue poder trabajar con alguien que tiene un Oscar y tres Globos de Oro... Esta película continuó mi sueño. Ahora mismo, mi vida es un verdadero parque de atracciones, me siento un hombre muy feliz.
VÍA EUROPA PRESS
3 comentarios:
Hola, te interesaría intercambiar enlaces con nosotros? www.sintetasnohayparaiso.es
ya te hemos puesto un enlace, si quieres ponnos uno. Saludos
Ya estás enlazado amigo!
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