DOS FINALES: EL DUQUE MUERE

En un pequeño pueblo de la costa de Cádiz, Cata espera a que el Duque haga una llamada de teléfono que los llevará a la libertad tras cruzar el Estrecho. Ahora que creen muerto a Morón a raíz de un tiroteo en la pensión de Mohamed, amigo de Rafa, la joven charla tranquila con una madre que tiene una niña. “Yo acabo de tener un sobrino”, dice Cata.

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Rafael, que se ha recuperado de un disparo de los narcotraficantes colombianos y ha podido llegar a la costa huyendo de la policía y de los sicarios de Morón, quiere llamar a un hombre que puede llevarlos a él y a Cata a Marruecos y desde allí buscar un refugio donde nadie los encuentre.

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Rafa habla con el Rubio, un conocido que le debe algún que otro favor. “Tienes que sacarnos de aquí. Esto va a empezar a llenarse de pasma ya”, dice sin percatarse de que el verdadero peligro es otro. Alguien camina hacia él con una pistola en la mano.

Morón sigue vivo. En el tiroteo con el Duque llevaba un chaleco antibalas que le salvó. Sus hombres, los tres que quedaban con vida después del último enfrentamiento con Rafael, han muerto. Pero él tiene un único objetivo: acabar con la vida de su enemigo.

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Mientras cuelga el teléfono, ve la cara de Morón en el cristal de la cabina de teléfono, pero no le da tiempo a darse la vuelta y recibe un disparo en la espalda.
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Se oye un primer disparo y Cata, horrorizada, sale corriendo. “¡Rafa!”, grita desesperada mientras se acerca a la cabina de teléfono donde se ve el cristal ensangrentado. Un nuevo disparo y otro más hacen que la joven tema lo peor.

El Duque cae ensangrentado en el suelo de la cabina de teléfono. Su rostro y sus gestos de dolor reflejan su gravedad.

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El Duque está tendido en el suelo y con un hilo de vida, pero su gran enemigo no tiene bastante. Quiere asegurarse de que acaba con él y va a darle el tiro de gracia. Pero, en ese momento, se acerca Catalina gritando.

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Morón se cruza en el camino de Cata y le apunta con su arma. “Ella es la causante de nuestros males y va a ver cómo se retuerce en el suelo llena de plomo”. Pero no puede cumplir su deseo porque recibe un tiro.

“Nos veremos en el infierno”, asegura Rafa mientras vacía su cargador contra Morón. El Duque, tumbado en un charco de sangre, agota sus últimos segundos de vida salvando a su amada.

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El narcotraficante colombiano yace en el suelo muerto. Pero su última bala le ha dado a Rafa en el pulmón y tose sangre. Cata llega hasta su enamorado mientras grita “una ambulancia, por favor, una ambulancia. Aguanta. Te vas a poner bien”.

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El Duque reúne sus últimas fuerzas para decirle a Cata: “Este final me lo he ganado yo. He hecho cosas muy malas y tú has sido lo único bueno de mi vida”, dice a punto de morir. Cata lo besa antes de que él exhale su último aliento. “Noooo”, grita Cata mientras oye sirenas de la policía.

Después de esta estremecedora despedida de Cata besando al Duque, él sonríe y exhala su último aliento. A continuación, se produce un fundido en negro y después aparece la fachada de una cárcel y se ve a Cata en prisión.Este final es más trágico y cierra la puerta a una tercera temporada, ya que Miguel Ángel, a quien la popularidad de este personaje le ha desbordado, no quiere continuar con la serie para emprender otros proyectos relacionados con el cine.

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Al parecer, la productora de “Sin tetas no hay paraíso” ha ofrecido a Telecinco grabar otra entrega con Cata y las otras actrices como protagonistas, pero la cadenano lo ve claro. Por ello, ha preparado estos dos finales. La emisión de uno u otro podría estar condicionada a si finalmente llegan a un acuerdo con el actor para su continuidad.

Vía Diez Minutos