El efecto hipnótico de esta historia de amor atrapa, cada semana, a cuatro millones de espectadores. Una de las razones es evidente: El Duque (Miguel Ángel Silvestre) se ha convertido en el hombre más deseado del país.
Sin embargo, en esta segunda temporada de Sin tetas no hay paraíso, se ha producido un giro argumental que iguala a los amantes en intensidad dramática. Mientras Catalina (Amaia Salamanca) pierde su inocencia y se encuentra en un camino sin retorno, el narco está más vulnerable; sólo desea dejar atrás su perniciosa vida y recuperar a la chica.
“Todo se ha vuelto en contra de Catalina –se lamenta Amaia Salamanca–. Pensaba que podría vengarse de El Duque, pero se ha metido en un callejón sin salida”. Y ya es tarde para huir de ese mundo de poder y lujo en el que se introdujo para destruirlo. “Ahora se arrepiente de lo que ha hecho, y tiene que luchar contra sus sentimientos”, añade la actriz. “Nuestro amor es imposible”, sentencia su personaje al comprobar que su eterno enamorado está dispuesto a redimirse.
Un hombre más débil
Miguel Ángel celebra su recién estrenada fragilidad en la serie. “Su vida corre más peligro que nunca, pero para mí este aspecto resulta enriquecedor. Me gusta que Rafa sea ‘poliédrico’, que tenga distintos y muy variados matices. Disfruto mucho con todo lo que me da”.
Esta transformación también se nota por fuera. Catalina muestra una imagen más sofisticada, que entusiasma a Amaia: “Parezco mayor, pero me divierte jugar a ser una mujer fatal, desarrollar esta faceta me ayuda a no encasillarme”.
Acción trepidante
El protagonista, por su parte, ha dulcificado su voz rota y ha potenciado esa mirada atormentada. “Todos hemos crecido con nuestros personajes para darle lo mejor a la audiencia”, explica Miguel Ángel.
Esta ficción, que se enfrenta a Cuéntame cómo pasó, se mantiene fuerte en el ránking de audiencias. “Y lo mejor aún está por llegar. Queremos conquistar a nuevos espectadores” anuncia el actor, que no pierde el entusiasmo a pesar del agobio de la fama.
En las próximas semanas, este hombre duro combinará su trabajo como confidente de la policía con negocios relacionados con la venta de coches robados. Y en su lucha contra Cortés encontrará una inesperada aliada: la propia Catalina. “Ella está acorralada. Nunca pensó que su marido fuera tan poderoso, y sólo tiene una forma de escapar”, revela Amaia.
La pareja inicia una carrera de fondo en la que sólo puede haber un ganador. Esa intensidad se reflejará en las trepidantes escenas de acción, que crecerán en espectacularidad. “Hay que verlas. Vamos a vivir momentos muy peligrosos”, celebra Miguel Ángel.
¿Serán felices? “Nuestro amor está por encima de todo. Pero sólo hay una posibilidad de escapatoria, que llegará al final, de forma drástica”, adelanta Amaia.
Vía Teleprograma.tv
1 comentario:
Realmente espero que su amor esté por encima de todo...que la serie acabe con ellos dos juntos, eso esperamos la mayoria de espectadores que estamos cada jueves entusiasmados.
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