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lunes, 10 de noviembre de 2008

ENTREVISTA: MARÍA CASTRO



Ni las piernas kilométricas ni el escote de infarto ni tampoco ese aire de mujer fatal. Lo que hace irresistible a María Castro, la mala de Sin tetas no hay paraíso, es la alegría, el desparpajo y la sonrisa, que no pierde ni cuando se le pregunta por su vida privada: “Algo que me reservo para mí”. Con ella hemos mantenido una amena charla que nos ha permitido conocerla mejor y que ahora compartimos contigo.

¿Eres tan feliz como parece?
Sí, la vida me trata bien.
¿Hasta ahora has hecho lo que realmente deseabas?
Sí, he luchado por ser actriz, aunque sin dejar a un lado mis estudios de INEF porque no sabía lo que iba a pasar con mi futuro. Pero al final he alcanzado mi sueño, así que me siento afortunada. Ojalá dure mucho tiempo. Y también tengo suerte en mi vida personal, por lo que no puedo pedir más. Bueno, sí, que me quede como estoy.
¿Eres de las que se quejan y dicen “no puedo”, “no me gusta”…?
No, no suelo protestar, pero creo que si lo hiciera me haría respetar más. La verdad es que soy un poco tonta con respecto a eso. Además, mi familia me enseñó que con el esfuerzo se consiguen muchas cosas. Mi madre siempre nos ha aconsejado que nos guiemos por el lema ‘podemos con todo’. Y eso he hecho, porque siempre me he involucrado en numerosos proyectos. También he tenido que renunciar a otros, pero así se disfruta más con los resultados.
¿Cómo te define tu familia?
Luchadora, familiar, alegre, constante, trabajadora y muy cabezota: cuando quiero llevar la razón, me cuesta dar mi brazo a torcer. Creo que va en el carácter de las pelirrojas, que tenemos un pronto un tanto fuerte, pero se manifiesta pocas veces; aunque no estaría mal que lo sacase con mayor frecuencia...
¿Con qué disfruta María Castro?
Yendo a ver a mi madre el fin de semana a Vigo, cenando con mi pareja, cuidando a mi ahijada y llevándola al parque. A mí la felicidad me la da estar rodeada de los míos y que estos estén bien.
¿Te emocionas con facilidad?
No. Como soy alegre, no me gusta que la gente me vea vulnerable; prefiero llorar a solas, no exteriorizar mis bajones. Por suerte, esos momentos son pocos porque intento relativizar y buscar lo positivo de todo. Suelo afrontar los problemas yo sola, aunque en ocasiones no puedo y pido consejo.
Pareces una persona inquieta…
Más que eso, lo que soy es activa. No paro de hablar, no puedo estar sin hacer nada. Eso de tumbarme en el sofá a ver la tele no va conmigo; igual lo hago, pero cosiendo. De hecho, en ocasiones mi familia me ha puesto a prueba para saber si aguanto cinco minutos sentada o sin hablar. Y siempre pierdo. Sólo me relajo durmiendo, y poco.
No hace mucho desfilaste en ropa interior. ¿Qué tal la experiencia?
Me encantó, resultó muy divertido. Acepté porque se trataba de una firma de mi tierra y quería apoyarla.
¿Qué tienes en cuenta cuando eliges la lencería que te vas a poner?
Mi máxima es la comodidad y, según la ocasión, utilizo seda o algodón. No tengo gustos concretos, llevo lo que me apetece en cada momento. Lo único que siempre procuro es que no se me vea.
Y en cuanto a los colores, ¿sientes predilección por alguno?
Suelo variar, pero me gustan el rojo y el negro porque me favorecen.
¿Combinas tu ropa interior?
Bueno… intento ir guapa por dentro y por fuera. Siempre intento ir conjuntada en todo.
¿Eres adicta a este tipo de prendas?
No, ni a esas ni a otras. Sigo las tendencias, pero sin obsesionarme.
¿Crees que la lencería es una eficaz arma de seducción?
Depende de para quién te la pongas, del momento… En mi caso, mi arma de seducción es la sonrisa, no tanto la ropa. Y no me refiero sólo a seducir en temas de amor. Me gusta llenar a otras personas con mi alegría y mi optimismo para que se sientan bien. Eso me enseñaron en casa y es lo que creo que transmito.
Tu melena también llama la atención. ¿No te cortas ni las puntas?
En una ocasión tenía el pelo como ahora y me lo dejaron a la altura de la oreja para una serie. Casi me muero, pero es algo con lo que tenemos que jugar los artistas. De todas formas, no me lo cuido mucho. Cuando estoy en un proyecto, se ocupan de él en peluquería. Y cuando no, ni me lo aliso ni me lo corto: llevo mi rizo al natural.
En Sin tetas… llevas siempre tacones de vértigo. ¿Y en la vida real?
No, a diario utilizo calzado cómodo y sin tacón, sobre todo porque soy alta y no me hace falta.
¿Te consideras la novia perfecta?
Ni mucho menos. Tengo defectos, pero los oculto como puedo.
¿Eres una chica celosa?
No, porque soy bastante segura. Cuando amas a una persona, estás a gusto con ella y ves que el otro siente lo mismo, no hay peligro de que se te escape. Tampoco siento celos profesionales. Cada uno tiene lo que quiere y por lo que ha luchado. Y si todavía no te ha llegado la oportunidad, hay que esperar.

Vía Teleprograma.tv

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