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lunes, 24 de marzo de 2008

CUCA ESCRIBANO

"Me van los malotes, pero no los malos"

La actriz Cuca Escribano da vida a Fina, la madre de una conflictiva adolescente en la serie Sin tetas no hay paraiso (Telecinco; 22.15 h)
Hay que ver lo que sufre su personaje...
Mucho (risas). Es muy gracioso porque la gente ya me decía desde el primer capítulo "¡cuánto te van a hacer sufrir tus hijos!".
¿Se veía de madre de una adolescente?
Sí, de hecho ya había hecho de madre antes y por mi edad podría serlo. Lo que pasa es que cuando hablamos de madre pensamos en un estereotipo.
Pero usted no se ha animado...
No, Cuca no (risas).

Para el papel la caracterizan... ¿cómo es eso de verse de mayor?
Pues si estás tan bien como Fina, estupendo, cuando tenga su edad estaré maravillosa (risas). A veces lo llevo bien y a veces mi ego se resiente un poco.
Pero no se lleva el personaje a casa...
No. Hay actores a los que les pasa, pero yo soy como un fontanero, cuando suelto las herramientas me olvido del trabajo.
¿Hay paraíso sin tetas?
Claro, de hecho en la serie se cuenta todo lo contrario a lo que dice el título. Los personajes más dignos de la serie son los que demuestran que se puede vivir sin dinero ni fama. La serie es una metáfora que muestra todo lo que deseamos y no necesitamos.

Entonces, ¿qué le parecen las críticas?
Sin tetas no hay paraísdo es un buen título, porque llama mucho la atención, pero mucha gente juzgó la serie antes de que empezara a emitirse. Hay que hacer una lectura tranquila de las cosas.
Lo de ir todos los días a la misma serie... ¿puede acabar siendo como ir a una oficina?
No sé, todo depende de cómo te tomes la vida. Yo procuro que los días no sean todos iguales. Además, cuando haces una serie siempre hay tramas nuevas y cosas diferentes. En cualquier caso depende de uno mismo, de que sea capaz de tomarse cada día como un reto. Y si un trabajo te llega a aburrir hay que ser valiente y buscarse otro.
¿Se iría usted con un mafioso tan guapo como El Duque?
Si me llega un Miguel Ángel Silvestre claro que sí, porque es adorable (risas). Pero si me llega un mafioso como El Duque... creo que no, me daría mucho miedo.
Así que no le van los chicos malos...
No, me van los malotes, los que tienen un lado oscuro, pero no son malos. Un malote sí, un malo no (risas).

En la serie tiene usted novio... ¿no es un poco raro lo de estar besándose con un compañero?
No, interpretar es un juego, en otros idiomas incluso se usa la misma palabra, y dentro de ese juego te puede tocar llorar o te puede tocar besar. Además, yo he hecho culebrones y ahí si que hay que besar mucho. Si tienes feeling con tu compañero, como es el caso, es más fácil. Aunque alguna vez he besado a alguno que no me ha hecho mucha gracia...
¿Cuál ha sido la escena más embarazosa que ha tenido que rodar?
Te puedo contar dos. En una tenía que bailar, delante de José Coronado. Era sólo un momento, pero me dio mucho pudor en ese momento. Y la otra fue una secuencia de sexo en la que resultó que había que quitarse más ropa de lo que esperábamos.
¿Es cierto que hizo de mujer bala?
En mis comienzos he hecho de todo, como pasar por encima del público en una tirolina vestida de mariposa, pero lo de ser mujer bala es sólo una fantasía que tengo, lo que pasa es que a veces lo cuento como si lo hubiera hecho. Habría sido fundamental (risas).

Trabajó con Antonio Banderas en El camino de los ingleses... ¿le ha hecho ya una paella?
No, a mi todavía no. Creo que para eso hay que ir a Los Ángeles. Pero no me importa, porque tengo proyectos con Antonio y lo mismo cae la paella en uno de ellos.
Hace usted yoga, ¿ha logrado levitar?
Con el yoga no, pero a veces cuando medito siento la ingravidez. Además, creo que en la vida hay momentos de felicidad en los que todos levitamos.
¿Y qué le hace alcanzar el Nirvana?
Las cosas pequeñas, como descubrir en un momento dado que todo es como tiene que ser, que todo está en orden.

Vía 20 Minutos

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