Cada semana, los fans de Sin tetas no hay paraíso se cuentan por millones. Ciertamente, la historia es cañera y se aleja de los cánones de culebrón con final feliz y vicisitudes varias por el camino… Aquí, los protas no son el ejemplo a seguir; la chica buena no lo es tanto, y el galán es un mafioso sanguinario, así que el guión promete emociones fuertes.
Pero hay otro gran motivo para sentarse frente a la tele: Miguel Ángel Silvestre, a quien, para ahorrar espacio (y porque nos gusta el acrónimo que forman sus iniciales), llamaremos M.A.S. a partir de ahora. El Duque, un cóctel perfecto de chulería, pasión y dulzura mezclado con un chasis que borda la perfección, bastaría para tenernos enganchadas a la trama. Encima, el chico lo hace de lujo. Muchas nos preguntábamos: ¿de dónde ha salido M.A.S.?, ¿desde cuándo le ha dado por la interpretación?, ¿a qué dedica el tiempo libre?, ¿querrá salir conmigo? (Ejem, esta última se nos ha escapado.) Hemos querido dar respuesta a estas y muchas otras cuestiones buceando en los aspectos más desconocidos del actor: este es el resultado.
Del tenis a… Míster Castellón
Castellonense de nacimiento, Miguel Ángel Silvestre Rambla descubrió la interpretación hace muy poco. De hecho, su pasión era (lo sigue siendo) el deporte. Practica boxeo, pádel y, sobre todo, tenis. Desde niño se aficionó a este deporte y llegó a ser jugador profesional. Pero una lesión mientras disputaba un torneo en Hungría lo apartó de su prometedora carrera.
Aquella lesión le hizo interesarse por la fisioterapia, profesión que ejerce su padre, e inició los estudios de esta rama. Y es entonces cuando aparece en escena (nunca mejor dicho) alguien a quien tenemos mucho que agradecer: su tía y directora de teatro, Ana Silvestre. Ella hizo que a M.A.S. le picara el gusanillo de la interpretación. Así, nuestro Duque comenzó con diversos papeles en otras tantas salas de teatro de Castellón. A la vez que comenzaba su incipiente carrera de actor (todavía en pañales), se presentó a Míster Castellón y… ganó. Por cierto, fue finalista en la posterior edición de Míster España (¿alguien lo dudaba?).
Un día, en un pub, sucedió el milagro
M.A.S. interpretaba una noche su papel de turno en un pub. Mal sitio para hacer valer tu talento: mientras todos beben, tú trabajas en vano. Menos mal que se obró el milagro: en medio de aquella juerga estaba Beatriz Castro, que vio talento y se convirtió, de inmediato, en su representante. Junto a ella, a quien adora, el salto del actor ha sido impresionante: hizo algún que otro episódico en series, consiguió su primer protagonista en Motivos personales y, sobre todo, esa golosina de papel que se llama El Duque.
Y esto no es todo, amigos…
Pero no pienses que M.A.S. se ha dejado mecer por el dulce éxito que le acompaña de poco tiempo a esta parte. Hiperactivo declarado, mientras graba a velocidad de vértigo la serie que lo ha encumbrado se halla en pleno rodaje de L’imbroglio nel lenzuolo, algo así como “lío (o truco) entre sábanas”, ya que la peli, dirigida por Alfonso Arau, habla de la experiencia de los habitantes del sur de Italia al descubrir el cinematógrafo allá por 1905 (de ahí que pensaran que les hacían “truco entre sábanas” donde se proyectaba una determinada peli). Además, tiene tres cintas más pendientes de estreno: 3:19, sobre los últimos días de un hombre a quien comunican un cáncer terminal; Zhao, sobre la adopción de niñas chinas —y donde comparte cartel con su ex compi en Motivos personales, Menh-Wai Trinh —, y Reflections, nada menos que junto a Timothy Hutton, donde interpretará dos papeles: el de un militar y su gemelo, que es un asesino en serie.
Esto no ha hecho más que empezar. El huracán Silvestre amenaza con demoler muchos corazones más de los que ya lleva arrasados. Y es que siendo atractivo, simpatiquísimo y buen actor, no va a haber nada que lo pueda detener. Y nosotras, tan contentas.
Vía Revista Cuore
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